LA RADIO Y SU IMPACTO EN LA SOCIEDAD ACTUAL
RESUMEN :
El siguiente
Paper trata de integrar seis diferentes investigaciones sobre la radio, su
lenguaje , discurso e impacto que tienen
en la sociedad actual.
Aunque resulte
paradójico, todavía hoy, una parte del pensamiento intelectual que trata el
fenómeno de la comunicación de masas como un instrumento de reflexión sobre el
proceso de construcción de la realidad que estructuran los medios audiovisuales
.
PALABRAS CLAVE :
LENGUAJE RADIOFONICO , RADIO , DISCURSO RADIOFÓNICO
ABSTRACT
The following Paper tries to integrate six different
investigations about radio, its language, discourse and its impact on today's
society.
Although it is paradoxical, even today, a part of the
intellectual thought that treats the phenomenon of mass communication as an
instrument of reflection on the process of construction of reality that
structures the audiovisual media.
KEY WORDS RADIOPHONE LANGUAGE, RADIO, RADIOPHONE SPEECH
DESARROLLO
Hacer radio es
definir y producir cotidiana y sistemáticamente la programación que le da vida
a una emisora y que, por tanto, alimenta un tipo de relación de comunicación
con una audiencia determinada. Ese eje central, rector, en torno al cual se
articula el eje de la programación es lo que llamamos perfil de una radio, la
cara de la emisora, de su personalidad. Distintas radios tienen, entonces,
distintas personalidades.
La radio, es el
medio sonoro por excelencia. Es particularmente sugestiva y debemos de emplear
esa capacidad de sugestión, para compensar la una sensorialidad del medio, es
menester suscitar en las emisiones una variada gama de imágenes auditivas.
En la radio, al
igual que en los otros medios, convergen todas y cada una de las condiciones
necesarias para hacer de la comunicación una realidad, ya que, entre otras
cosas, tiene un lenguaje y un código específicos de los que se sirven sus
profesionales para construir toda esa amalgama de mensajes/sonido que llegan a
nuestros oídos a través de los aparatos receptores.
Existe lenguaje
cuando hay un conjunto sistemático de signos que permite un cierto tipo de
comunicación. Que un lenguaje se caracterice por una agrupación de signos es lo
que lo define como sistema semiótico.
El lenguaje radiofónico
no tiene límites, y exige eso, que no se le limite, ya que el medio está
abierto para que a través de él transiten y se muevan con libertad las
palabras, los enunciados, las ideas, los pensamientos, los sentimientos, el
acontecer, el humor, la filosofía, la vida.
El lenguaje de la radio al ser percibido con los oídos nos libera de la una
direccionalidad de la atención, a diferencia de los ojos en relación a las
imágenes. Esto no implica que no podemos construirlos, por el contrario, ya que
la voz, la música, los efectos sonoros y el silencio son los elementos o
llamados también componentes del lenguaje radiofónico en su conjugación tienen
la potencialidad de configurar imágenes sensoriales. Imágenes que desde el oído
apelan a otros sentidos y nos permiten desde el rol de oyente terminar de
construirlas en nuestra imaginación de ese modo cada imagen toma una forma
única y particular para cada persona que esté dispuesta a recibirla e
interpretarla.
La voz (o el lenguaje de los humanos), la música (o el lenguaje de las
sensaciones), los efectos sonoros (o el lenguaje de las cosas) y el silencio
son los cuatro componentes del lenguaje radiofónico, aunque en un medio sonoro
por excelencia como es la radio hablar de silencio pueda resultar contradictorio,
hay que tener en cuenta que el silencio es también un sistema de signos, en
tanto que cuando se utiliza en radio goza de significado, significante e
intérprete.
"La programación radiofónica es la previsión de los programas que van
a ser emitidos durante un tiempo determinado a través de una emisora de
radio…" (MUÑOZ y GIL, 1994: 66)
EL LENGUAJE RADIOFÓNICO
El lenguaje
radiofónico no es únicamente la palabra; se constituye de los sistemas
expresivos e la palabra, la música y os efectos sonoros. –Esta falsa
identificación del lenguaje radiofónico- - como el lenguaje verbal en la radio
se afianza en la limitada concepción del medio como un canal transmisor de
mensajes hablados, soporte para la comunicación a distancia entre personas,
excluyéndose el carácter de la radio como medio de expresión.
Han sido casi
siempre profesionales del periodismo radiofónico o investigadores de la radio
como un medio de información periodística quienes han defendido esta reducida
capacidad expresiva del lenguaje radiofónico como un simple sistema semiótico
de la palabra
El lenguaje
radiofónico es flexible y permite expresar casi cualquier cosa, porque apela a
la imaginación y a la buena voluntad del que escucha. De ahí, que el elemento
más importante sea el habla, la palabra, la voz, sin perder de vista que va
acompañada de la música y el ambiente sonoro.
El denominador
común de los componentes del lenguaje radiofónico es, ante todo, su ilimitada
riqueza expresiva y su gran poder de sugestión. Por eso, utilizando sólo la
voz, o sólo la música, o la voz y la música, o la voz y el silencio, o todas
las materias primas a la vez, podemos lograr que el oyente visualice en su
mente un paisaje, recree un movimiento, sienta miedo, se entretenga o se
aburra, ría o llore, calle o grite... Porque en el universo sonoro radiofónico
todo es posible.
El lenguaje
radiofónico es por naturaleza un lenguaje oral. Sin embargo, aunque parezca una
perogrullada, hay que señalarlo y repetirlo porque a los hablantes, a los
emisores, a los locutores, se les olvida. El lenguaje oral se caracteriza por
su construcción simultánea con el pensamiento. Se elabora en situación; es
razonamiento que se va haciendo. Si bien su finalidad es convencer, informar,
interrogar, también es escuchar y dejarse convencer, enterarse y responder.
Se estructura
sobre la base del lenguaje coloquial, familiar, cercano, y por esa razón se
introyecta en la mente y el alma del oyente. La radio es un medio que nos
convoca, nos llama y, aunque lo hace personalmente, en forma íntima, somos
muchos, una comunidad social la convocada por el mensaje. Gracias a ese
carácter personal y social al mismo tiempo, el lenguaje radiofónico, compuesto
por los elementos sonoros necesarios, es capaz de suscitar, por la fuerza de
las palabras, su capacidad de recoger lo que tiene significado común y la
experiencia propia de los interlocutores, la presencia de hechos, sentimientos,
sucesos pasados; evocar lo que tiene sentido.
“Porque el lenguaje radiofónico no tiene límites, y exige
eso, que no se le limite, ya que el medio está abierto para que a través de él
transiten y se muevan con libertad las palabras, los enunciados, las ideas, los
pensamientos, los sentimientos, el acontecer, el humor, la filosofía, la vida.” ROMO, C. (1997)
RADIO
Hacer radio es
establecer comunicación, crear sentido en común. Es considerar al receptor como
un interlocutor; porque la radio provoca en la audiencia una relación personal
gracias a la cualidad del sonido de ser introyectado; a la posibilidad de que,
quien escucha, recree el mensaje de acuerdo con su experiencia, sus vivencias,
su historia. El oído es un sentido atento, que no se cierra o se apaga; que
invita y propicia la introyección hacia un mundo interno pleno de experiencias
y sensaciones visuales, táctiles, auditivas
La radio es, ante
todo, palabra y por ello, el cuidado necesario. Ante el micrófono es importante
lo que se cuenta, pero también como se cuenta. No se puede maltratar el
lenguaje amparándose en excusas como el hecho de querer aparentar naturalidad
ante el micrófono o la rapidez con que este medio informa a sus oyentes.
Emplear correctamente el lenguaje no sólo es una cuestión e buen gusto o formalidad,
sino que forma parte del compromiso social del periodista radiofónico.
"La radio no
es celosa de su público, como la televisión y la prensa, no la quiere para ella
sola. La radio sabe que la gente tiene mil cosas qué hacer y otras mil en qué
pensar. Ella está ahí, al lado de quien la llame, siempre disponible, nunca
absorbente. Ningún medio de comunicación es más generoso que la radio"
(LÓPEZ VIGIL, 1997: 466).
La radio es
escuchada cada día por un alto porcentaje de la población, en todas partes.
Acompaña a las personas en su hogar, en el lugar de trabajo e incluso va con
ellas en la calle, el bus o el automóvil. Pero sin duda, la mayor efectividad
de la radio está en su capacidad de alcanzar a distintos grupos de consumidores
para influir en sus opiniones, sus hábitos y sus patrones de consumo, marcando
su estilo de vida.
El oído es un
sentido atento, que no se cierra o se apaga; que invita y propicia la
introyección
hacia un mundo interno pleno de experiencias y
sensaciones visuales, táctiles, auditivas El lenguaje radiofónico es flexible y
permite expresar casi cualquier cosa, porque apela a la imaginación y a la
buena voluntad del que escucha. De ahí, que el elemento más importante sea el
habla, la palabra, la voz, sin perder de vista que va acompañada de la música y
el ambiente sonoro.
El buen emisor
que intenta comunicarse, es el que considera al oyente imaginario como alguien
concreto y se dirige a él con la intención de recibir una respuesta dialógica,
y no en forma de monólogo, por eso recurre a ciertos usos pronominales que
hacen presente al escucha, con expresiones posibles al hacer referencias
personales como: tú que me escuchas, como ustedes saben, de acuerdo con eso
que ustedes prefieren, qué les parece si ahora vamos a.
DISCURSO RADIOFÓNICO
El locutor de
radio o el hablante de radio es eficaz cuando no le basta con decir algo, sino
cuando al decirlo realiza una acción; entonces son muy claras sus intenciones
de comunicar, de comunicarse, de entrar en relación con el oyente, con su
interlocutor, a través de actos de habla en los que se logra algo (per locución);
porque se convenció, se persuadió, no se obligó. Porque es él o ella quien
habla, quien dice y no otro.
La concepción del
lenguaje en la radio suele ser escrito y no oral. Se quiere manejarlo y
programarlo desde el código escrito y no desde el habla. Los textos se escriben
sin respetar o sin recordar que serán leídos en voz alta y en presencia de
nadie, y que, al mismo tiempo, deberán ser oídos, escuchados, percibidos,
recibidos, asumidos, por seres humanos, que están en otra parte y que quieren
dialogar con él y que aceptan la convocación, pero que no pueden captar la
intención, la riqueza y la expresividad, si éstas no son transmitidas, es
decir, si no están en el mensaje que se le envía.
El discurso
radiofónico tiene unas características especiales, fruto de las peculiaridades
narrativas que exige el soporte y de la naturaleza de los elementos con los que
se trabaja. En la radio existen dos estilos que necesariamente obligan a
diferenciar entre la narración improvisada y la narración que corresponde a la
lectura o interpretación de un texto.
Para construir
relatos coherentes y atractivos, hay que tener presente que van a ser emitidos
por la radio, lo cual conlleva unos requisitos muy concretos. Por eso es
importante y necesario conocer las características del soporte a la hora de
escribir un guión o de adaptarlo, para resolver correctamente todos los
imprevistos que se planteen.
El discurso
radiofónico y su lenguaje formado con sonidos, voces, entonaciones, silencios,
músicas, etc., así como las mezclas posibles se caracterizan, a diferencia de
los signos lingüísticos, en su naturaleza analógica puesto que es más difícil
determinar las lejanías entre el signo y su significado si reparamos, por
ejemplo, en los sonidos de una ambulancia o del auricular telefónico.
Los signos en la
radio tienen un gran parecido con la realidad. El valor radica en la
verosimilitud. No es una recreación fría y distante, como la prensa escrita,
sino que, en efecto, percibimos personas de carne y hueso que cantan, hablan,
se equivocan, están ahí, lo dicen que están ahí, y que nosotros estamos en
contacto con ellos, creyéndoles en toda la realidad que les da el habla directa
y viva.
Una palabra en la
radio bien vestida, como la poesía, sugiere más de lo que usted pueda ver. Una
de las primeras reglas de la comunicación es que para comunicar hay que
agradar, y agradar significa, entre otras cosas, tener un valor estético.
Si en un mensaje
de afiche son importantes los colores, las formas, y el juego de las imágenes,
en la radio las palabras, los contrastes
de sonidos y la envoltura final de un producto auditivo determinan el consumo
habitual de las propuestas radiofónicas.
En el relato
radiofónico conviven varios niveles y varias modalidades comunicativas, que se
corresponden con las diferentes estructuras. Un programa casi nunca es un
relato homogéneo y continuo. Al contrario, está compuesto por una serie de
secciones que son las que aportan diversidad y rompen la monotonía. Cada
sección, o cada escena, tiene una estructura y una identidad propias, aunque
está integrada y adaptada al marco genérico del programa. Entonces, en todo
formato existen, por lo menos, tres niveles de análisis: la macro estructura
global, que refleja las características generales del espacio; la estructura de
cada una de las secciones, que pueden estar relacionadas entre ellas, si se
trata de un programa de contenido homogéneo, o ser totalmente independientes,
como sucede en un magazín; y, en tercer lugar, están las unidades
significativas que contienen la esencia individual de cada elemento narrativo.
"La función
de la programación está centrada en prestar un servicio diverso, respetuoso y
dinámico a un público que ya no se conforma con la música de fondo y los
programas pasivos que se originaron en la primera época de la frecuencia
modulada. (...) El reto de la radio consiste en que un director de programas
sea capaz de centrar su interés en el mundo del espectáculo y el de la
información, que propicie nuevas alternativas de servicio a la sociedad y abra
nuevos horizontes en el servicio al aire. Por ello no debe pasar inadvertido
que el producto de una empresa radiofónica puede ser tan bueno como el hombre
que propicia, supervisa y mejora constantemente su desarrollo y crecimiento
programático" (FIGUEROA, 1997: 389).
CO NCLUSIONES:
- La radio posee un
lenguaje sin límites ni barreras, capaz de llegar al oyente a través de la
adecuada transmisión de mensajes, los cuales deben tener en equilibro dos
componentes muy importantes: el semántico y el estético.
- El lenguaje
radiofónico comunica de diferentes maneras el mensaje que se quiere dar al
receptor, este no solo llega a ser comunicado solamente por la voz, sino que
son un conjunto de herramientas auditivas que conllevan a la construcción de un
mensaje completo y objetivo para ser fácil de asimilar, aunque este no sea del
todo fácil de construir.
- El discurso
radiofónico tiene unas características especiales, fruto de las peculiaridades
narrativas que exige el soporte y de la naturaleza de los elementos con los que
se trabaja.
REFERENCIAS:
Páez, J. J. (2006). El lenguaje radiofónico: Introducción. Publiradio, 4.
Vigil, J. I.
(1997). "Radialistas Apasionados". Quito: Artes
Gráficas Silva.
Dávila, D. M. (s.f.). De radio en radio: el escenario radiofónico, 1-7.
Soengas, X. (s.f.). El discurso radiofónico.
Particulares de la narración sonora. Prisma, 101-127.
Manual Urgente para Radialistas apasionados,2000)
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Entrevista
Entrevistado Mg. Faustino Pisfíl Llontop
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